¿Qué es "Batsù_"?
"Batsù" significa "colibrí" en bribri, uno de los idiomas indígenas de Costa Rica. Es también el nombre que recibe, en la mitología de dicho pueblo, el mensajero de Sibȫ, el dios supremo, el que trajo a los bribris como semillas desde el otro mundo y los sembró en la tierra, y les dio vida.
Batsù, pues, transmite las palabras de la divinidad, los mensajes de lo eterno, de lo arcano, de lo que viene del otro mundo, pero que entra en la misma realidad material en la figura de un pajarillo veloz, una centella iridiscente en los húmedos caminos del viento selvático.
Batsù se convierte así en palabra a la vez eterna y fugaz, antigua y nueva, autóctona y ajena. Palabra que nace del pensamiento, pensamiento que nace de una persona, persona que vive en un contexto, contexto que se enmarca en una tierra, en un cielo, en un aire, en un viento.
Por ello, al desarrollar este blog, como bitácora del curso de Filosofía Latinoamericana que recibo como parte de mi formación en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, de Costa Rica, quise nombrarle "Batsù". El pensamiento latinoamericano, que bebe de la doble fuente de los pueblos americanos originales y del contacto con Europa, que parece fugaz o nuevo a causa de su constante pugna por definirse y clarificarse, a tiempo que es eterno y antiguo por nacer en un continente con una historia tan(y más antigua) que las pirámides de Teotihuacán o la Puerta del Sol de Tihuanaco, ese pensamiento, en fin, que nace de lo hondo de una cultura que, parafraseando a José Martí, extiende sus raíces del Bravo a Magallanes, ¿no puede ser representado con ese veloz mensajero, que transmite la sabiduría de Sibȫ con la gracia y la agilidad de una centella de jade?
¿Existe la filosofía latinoamericana? El pensamiento surgido de nuestros pueblos, ¿es novedoso? ¿Es influyente? ¿Es válido? ¿Qué reflexiones surgen en medio de papas, de tomates, de tabaco y de cacao, en vez de entre vides y trigo y manzanos y perales? Son las preguntas a las que, en este curso, iré descubriéndoles las respuestas.
Mas se podrían fácilmente resumir con la metáfora de Batsù, preguntándonos: ¿Se puede atrapar un colibrí al vuelo? Y si se lograse, ¿qué historias, qué mensajes nos susurraría al oído?
Batsù, pues, transmite las palabras de la divinidad, los mensajes de lo eterno, de lo arcano, de lo que viene del otro mundo, pero que entra en la misma realidad material en la figura de un pajarillo veloz, una centella iridiscente en los húmedos caminos del viento selvático.
Batsù se convierte así en palabra a la vez eterna y fugaz, antigua y nueva, autóctona y ajena. Palabra que nace del pensamiento, pensamiento que nace de una persona, persona que vive en un contexto, contexto que se enmarca en una tierra, en un cielo, en un aire, en un viento.
Por ello, al desarrollar este blog, como bitácora del curso de Filosofía Latinoamericana que recibo como parte de mi formación en el Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles, de Costa Rica, quise nombrarle "Batsù". El pensamiento latinoamericano, que bebe de la doble fuente de los pueblos americanos originales y del contacto con Europa, que parece fugaz o nuevo a causa de su constante pugna por definirse y clarificarse, a tiempo que es eterno y antiguo por nacer en un continente con una historia tan(y más antigua) que las pirámides de Teotihuacán o la Puerta del Sol de Tihuanaco, ese pensamiento, en fin, que nace de lo hondo de una cultura que, parafraseando a José Martí, extiende sus raíces del Bravo a Magallanes, ¿no puede ser representado con ese veloz mensajero, que transmite la sabiduría de Sibȫ con la gracia y la agilidad de una centella de jade?
¿Existe la filosofía latinoamericana? El pensamiento surgido de nuestros pueblos, ¿es novedoso? ¿Es influyente? ¿Es válido? ¿Qué reflexiones surgen en medio de papas, de tomates, de tabaco y de cacao, en vez de entre vides y trigo y manzanos y perales? Son las preguntas a las que, en este curso, iré descubriéndoles las respuestas.
Mas se podrían fácilmente resumir con la metáfora de Batsù, preguntándonos: ¿Se puede atrapar un colibrí al vuelo? Y si se lograse, ¿qué historias, qué mensajes nos susurraría al oído?
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