La creación del hombre: fragmento del "Memorial de Sololá"
No solo existe cultura e historia en América a partir del
encuentro de culturas. Si bien la pintura, la escultura y la arquitectura
precolombinas son ampliamente conocidas, la literatura(poemas, narraciones históricas
o mitológicas...) y el teatro son aún una novedad para muchos.
En esta serie de entradas, presentaré fragmentos del Memorial de Sololá, un manuscrito
cakchiquel(un grupo maya) que recuenta la mitología y la historia de ese
pueblo, tanto antes como después del contacto, pacífico primero, devastador
después, con los españoles.
La creación del
hombre
1. Aquí escribiré unas cuantas historias de nuestros
primeros padres y antecesores, los que engendraron a los hombres en la época
antigua, antes que estos montes y valles se poblaran, cuando no había más que
liebres y pájaros, según contaban; cuando nuestros padres y abuelos fueron a
poblar los montes y valles, ¡oh hijos míos!, en Tulán.
5. (...) Cuando hicieron al hombre, de tierra lo
fabricaron, y lo alimentaron de árboles, lo alimentaron de hojas. Únicamente
tierra quisieron que entrara(en su formación). Pero no hablaba, no andaba, no
tenía sangre ni carne, según contaban nuestros antiguos padres y abuelos, ¡oh
hijos míos! No se sabía qué debía entrar (en el hombre). Por fin se encontró de
qué hacerlo. Solo dos animales sabían que existía el alimento[el maíz] en
Paxil, nombre del lugar donde se hallaban aquellos animales que se llamaban el
Coyote y el Cuervo. El animal Coyote fue muerto y entre sus despojos, al ser
descuartizado, se encontró el maíz. Y yendo el animal llamado Tiuh-tiuh[Gavilán
Pequeño] a buscar para sí la masa del maíz, fue traída de entre el mar por el
Tiuh-tiuh la sangre de la danta y de la culebra y con ellas se amasó el maíz.
De esta masa se hizo la carne del hombre por el Creador y el Formador[Tzakol y
Bitol]. Así supieron el Creador, el Formador, la Madre, el Padre*[Tzakol,
Bitol, Alom, Qaholom], cómo hacer al hombre formado, según dijeron. Habiendo
terminado de hacer al hombre formado resultaron trece varones y catorce
mujeres; había (un mujer) de más.
En seguida hablaron, anduvieron, tenía sangre, tenían
carne. Se casaron y multiplicaron. A uno le tocaron dos mujeres. Así se unieron
las gentes, según contaban los antiguos, ¡oh hijos nuestros! Tuvieron hijas,
tuvieron hijos aquellos primeros hombres. Así fue la creación del hombre, así
fue la hechura de la piedra de obsidiana.
"Y poniéndonos en pie, llegamos a las puertas de
Tulán. Solo un murciélago guardaba las puertas de Tulán. Y allí fuimos
engendrados y dados a luz; allí pagamos el tributo en la oscuridad y en la
noche, ¡oh hijos nuestros!", decían Gagavitz y Zactecauh. Y no olvidéis el
relato de nuestros mayores, nuestros antepasados. Estas fueron las palabras que
nos legaron.
Notas
*El texto es tomado de la traducción realizada por Adrián
Recinos, con solo unos cambios menores en puntuación y acentuación. Sin
embargo, en este texto del párrafo 5, Recinos enumera "para mayor
facilidad" a las deidades involucradas como "el Creador, el Formador,
los Progenitores". Alom y Qaholom se traducen, indica siempre Recinos,
como "la que da a luz, el que engendra a los hijos". Para no
empobrecer el texto—según nuestra opinión— haciendo una simplificación
contraria a la intención original—de citar a todos y cada uno de los dioses
involucrados en la formación del hombre— y en la práctica innecesaria hemos
cambiado "Progenitores" por "la Madre, el Padre".
Referencia
Anónimo (1997). Memorial
de Sololá. (A. Recinos, trad.). San José, Costa Rica: Editorial
Universitaria Centroamericana. (Trabajo original publicado en 1885). pp. 37ss.
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