Eco de clase (5 setiembre 2017)
Durante las
lecciones que recibimos este día comenzamos a adentrarnos en el pensamiento de
los pueblos autóctonos americanos, y cómo se pueden encontrar trazas de su
cosmovisión aún en nuestras idiosincrasias nacionales hodiernas, así como la
significación que tuvo el descubrimiento de un nuevo continente para los
europeos—mantengo la posición de que es posible hablar de Descubrimiento de América si se habla desde el punto de vista
europeo; desde el punto de vista americano, se puede hablar perfectamente de Encuentro de Culturas tomando en cuenta
las diversas expresiones de ese encuentro—.
Pluralidad cultural de la América
precolombina
De primera
entrada hay que comprender que la diversidad cultural de América es sumamente
amplia, llegándose a identificar hasta 21 áreas culturales diferentes, de las
cuales 11 forman parte de lo que hoy es América Latina. Costa Rica está ubicada
casi en su totalidad en la Zona Chibcha, también llamada Intermedia; la zona
más norteña de lo que hoy es Guanacaste es parte de la Zona Mesoamericana. Esto
marca fuertemente la forma de ser del costarricense aún en nuestros días, pues
Mesoamérica era habitada por culturas guerreras y expansionistas, que se
asentaban en ciudades fortificadas con grandes centros ceremoniales, mientras
que los pueblos chibchas y chibchoides mantenían una cultura principalmente
comercial, de intercambio, siendo una zona de mercadeo entre el Norte y el Sur
de América, y por ello con una marcada tradición pacífica. Por ejemplo, en
Guayabo, hoy Monumento Nacional, hay "aduanas" donde los extranjeros
debían dejar las armas antes de tener acceso a la ciudad.
El problema de un nuevo continente
Para los
europeos del siglo XV, enmarcados en la cultura llamada de cristiandad—una aún
no dividida a causa de la Revolución Protestante—, la creencia generalizada era
que el mundo ya estaba todo conocido, todos los pueblos habían recibido el
anuncio del Evangelio, y por ende el Fin del Mundo y la Segunda Venida de
Cristo eran inminentes. Cuando a causa de la conquista de Constantinopla(1453)
los europeos se vieron obligados a buscar nuevas rutas comerciales hacia
oriente, un navegante genovés llamado Cristóbal Colón se ofreció a descubrir
una para los pueblos ibéricos e italianos, y aceptando el patronazgo de los
Reyes Católicos, descubrió... un nuevo continente.
Si bien
Colón no tuvo idea clara de la magnitud de su descubrimiento al inicio, pronto
las implicaciones políticas, económicas y religiosas de dicho evento salieron a
la luz. El interés de las potencias de la época era grande; entre los
cristianos, la pregunta era si eran personas, es decir, si tenían alma, y por
ello si estaban llamados también a recibir el anuncio del Evangelio, o si en
cambio no eran dignos de consideración al no ser realmente humanos—dicha
cuestión fue zanjada por el papa Alejandro VI, Rodrigo Borja en el siglo,
declarando la humanidad de los amerindios y por ende su dignidad intrínseca,
frente a los abusos que ya estaban enfrentando—. Un cristianismo ya
desacostumbrado a misionar tuvo que aprender de nuevo a hacerlo, y algunos de
los misioneros de la época tuvieron la gran intuición de la inculturación del
Evangelio, y ayudaron a comprender y aun a preservar la cultura de los pueblos
autóctonos que ya era bombardeada por la europeización.
La gran
pregunta de fondo, que tocará también en adelante a la filosofía, es si civilizado equivale a con pensamiento europeo.
Filosofía precolombina, ¿realidad o
teoría?
La respuesta
a esta pregunta, que apenas hemos podido tocar en estas lecciones, dependerá de
nuestro concepto de filosofía: si nos
adscribimos a una definición eurocéntrica, o si más bien preferimos una
definición más amplia que abarque otro tipo de saberes.
En efecto,
el pensamiento precolombino bien puede describirse, en la mayoría de los casos,
no como un saber especulativo, sino como uno praxiológico. Eso no impide que en
las culturas más avanzadas algunos autores hayan querido ver trazas de un
enfoque más afín a lo que tradicionalmente se considera por filosófico. Así,
por ejemplo, en los pueblos nahuas León-Portilla vislumbra una auténtica
filosofía, al existir un grupo social, los tlamatinime,
sabios de la corte, que conducían investigaciones empíricas en áreas como la
astronomía, pero que a la vez se preguntaban por la naturaleza de la realidad y
de la vida humana.
En las
próximas lecciones seguiremos avanzando en estas consideraciones sobre las
culturas precolombinas y su pensamiento.
Te adjunto el link de una recensión de la obra "La conquista de América: el problema del otro" que te puede ampliar una visión filosófica de este hecho histórico.
ResponderEliminarhttp://www.scielo.org.mx/pdf/cultural/v6n12/v6n12a8.pdf
Importante como la visión europea ha indicado y determinado la cultura americana. Claro ejemplo es que para los españoles que llegaron los pueblos originarios no tenían alma, por eso la importancia de la bula papal aclarando el tema de ellos posen alma y son destinatarios del Evangelio; lo cual representaba ademas la nueva propuesta de la Iglesia Católica, de enfocarse en evangelizar el "nuevo" continente conocido
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